Sea generación de 70 u 80 años para empezar la Semana Setenta, alzad vuestras cabezas, oh Puertas Eternas, para recibir el Señor de Gloria- Parte 1

Ricardo Claure Peñaloza PODCAST

«El Salmo 24 en conjunción con Isaías 61:6 ha de ser abierto aún más ante los ojos espirituales de aquellos que con corazón sencillo se humillan delante del Dios Altísimo, corazones que son llamados y elegidos y fieles.

Esta Palabra ha de ser revelada en todos aquellos que dispongan su vida, si hoy abren las puertas de su corazón. Y no solamente recibirán un conocimiento de oídas, sino va a estar revelado muy dentro de su ser, por revelación del Espíritu de Dios en su espíritu. Podrán recibir el conocimiento de la Gloria de Dios que es sublime; y lo sublime es aquello que está lleno de amor, ternura y dulzura.

Y eso es lo que sucedió en Palmasola y en Sucre; lo viví, lo experimenté, y es lo que me da la Fuerza y hace que ahora nada pueda detenerme; porque lo importante es poder llevar Luz a sus vidas a través de esta Palabra que está siendo revelada aún más con toda la experiencia vivida.

Cuando el Señor dice: “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas”, se refiere a que nosotros somos esas puertas, y también esas cabezas, que debemos erguir porque viene nuestro Rey de Gloria que revela la Palabra predicada en el Salmo 24. Puertas eternas, por cuanto el Señor nos ha hecho partícipes de su Eternidad, poniendo en nosotros un alma eterna, un corazón eterno, poniendo en nuestro cuerpo físico terrenal, eternidad. Y Él no quiere que esa alma eterna se pierda en el Seol, para luego ser arrojados al lago que arde con fuego y azufre. Por eso Él murió en la cruz del Calvario; y es lo que nos mueve a predicar a tiempo y fuera de tiempo.

Cada uno en su corazón tiene muchas puertas, y esas puertas tienen que ser abiertas para que entre el Rey de Gloria y Él llene de su Gloria todo su ser.

Estás ahora a tiempo de que toda puerta abierta al mundo, al rey de este mundo —Satanás— sea cerrada, como en la Pascua, untando el dintel y los dos postes con la sangre del Cordero en cada una de las puertas de tu corazón. Para que de esta manera tú puedas —en el momento preciso— esperar al Señor con las puertas abiertas, y entre el Rey de Gloria —Jesús de Nazareth— y te llene de ella.

Alza tu cabeza y abre las puertas eternas de tu corazón para poder esperar al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Gran YO SOY EL QUE SOY DE LOS EJÉRCITOS».

Pr. Ricardo Claure Peñaloza

PARA QUE SU IGLESIA SE PREPARE… PARA TESTIMONIO A LAS NACIONES